‘Ser considerado un empresario admirado implica un compromiso adicional para no desilusionar a aquellos que confían en mí’, destaca el actual CEO de guatemalteca Progreso.
«Los éxitos nunca son solo míos, sino que son de mi equipo. Yo solamente facilito y el que tiene la presencia en los medios, pero sin ellos no sería esto posible», esa es la frase que guía el actuar de José Raúl González, quien actualmente es el CEO de Progreso, empresa dedicada a la elaboración de cemento en la región y una de las más longevas de Guatemala y que suma 4.500 colaboradores en su operación internacional.
La filosofía de este profesional es entregar confianza y dar confianza. «Eso crea un buen ambiente que facilita todo lo demás… Si bien es cierto es imposible garantizar que no nos equivocaremos, mis equipos saben que todos pasaremos las mismas penas, pero también las mismas alegrías».
La pandemia por COVID-19 , asegura, le dio la razón de la importancia de crear equipos confiables y multidisciplinarios. «En los momentos de crisis sin precedentes, como los que vivimos recientemente, es muy importante encontrar la brújula en los principios. En Progreso nos apegamos aún más a nuestro Código de Valores, ética y Conducta y al manual de conductas esperadas en Progreso que llamamos: Agenda de Liderazgo. Comprendimos que la pandemia iba a poner todos nuestros sistemas a prueba y por ello hicimos énfasis en el valor de la solidaridad y en la sostenibilidad», apunta.
«No nos equivocamos. Superamos la crisis juntos y superamos también muchas de las metas que nos habíamos planteado. La reacción de nuestros clientes, consumidores y colaboradores fue muy positiva. El resultado es un Progreso que sale de la pandemia fortalecido», concluye.
«El 2020 no fue el año en el que nos enfocamos en lo económico, fue una de las mejores decisiones que tomamos como Junta Directiva».
«Quisiera ser recordado como aquel siervo de la parábola del evangelio de San Mateo. Que cuando su señor regresó para pedirle cuentas, el siervo le dio los 10 talentos que había recibido originalmente y sumo otros 10 talentos», José Raúl González, CEO de Progreso.
Uno de los empresarios que más admira es Don Carlos F. Novella, fundador de la empresa que dirige actualmente. «Admiro y me inspiro en su espíritu aventurero».
González afirma que muchos no recuerdan que Progreso fue una empresa pequeña, que tuvo que crecer y superar varios retos a lo largo de la historia, pero mucho del éxito y de su crecimiento es porque Novella tomó la decisión de arriesgar todo para cumplir su sueño.
«No puede haber empresas exitosas en sociedades fracasadas»
Para José Raúl, las empresas deben ser vistas como oportunidades en los países, ya que brindan empleo, superación de los ciudadanos e impactan a las sociedades en las que actúan.
«Se puede ver cuando un empresario abre una nueva tienda o una nueva fábrica. Con los sueños de ese empresario llega también la esperanza a esa comunidad por los empleos y la prosperidad que crea el efecto multiplicador de la presencia empresarial. Por ello, los ejecutivos y empresarios de la región debemos recorrer una milla extra», ejemplifica.
Pero, para poder hacer crecer empresas se debe tener una agenda, por parte de los Gobiernos, de apertura y apoyo para el sector productivo.
«La región centroamericana necesita de una mayor libertad económica y de una mayor garantía a los derechos individuales. Hay que facilitar y permitir que la empresarialidad surja en un medio ambiente en el que el gobierno garantice el respeto a los derechos de propiedad».
De acuerdo a su experiencia algunas normas y criterios arbitrarios impiden que esto ocurra.
La ética también juega un rol importante para ser una región próspera y que sus ciudadanos cumplan sus metas. «Necesitamos que nuestras sociedades exijan a sus autoridades un comportamiento ético que dignifique la función pública. El problema es que para poder exigirlo debemos ser modelo y ejemplo de esos valores éticos (desde la parte privada)».
«La falta de libertad y de ética nos condena a la pobreza».
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