Lo que hemos aprendido en nuestro camino hacia la gestión ambiental

En el mes en donde celebramos el Día Mundial del Ambiente me pareció oportuno compartir con ustedes algunas lecciones que hemos aprendido en esta aspiración a ser un líder ambiental. Más que unas lecciones, es una invitación para pensar sobre ¿cómo es que hemos llegado acá?; ¿cómo hemos avanzado, y cómo podemos seguir mejorando?

Conforme los países van alcanzando un mayor grado de desarrollo económico, también se vuelven más hacia el cuidado de su medio ambiente. Nunca me canso de repetir que la industrialización no es el enemigo de la naturaleza. El peor enemigo de la naturaleza es la pobreza. Por ello es que en Progreso vemos con buenos ojos el crecimiento económico y a partir de él, buscamos aportar con ideas que lo acompañen de un mejor cuidado del medio ambiente.

Adicionalmente a lo anterior, desde mi experiencia, la buena gestión ambiental no se alcanza sólo con normas o protocolos, sino con una transformación cultural profunda. Por eso, en Progreso, este compromiso está integrado como uno de los cuatro pilares de nuestra estrategia de sostenibilidad.

Con la mirada siempre puesta en el largo plazo, nos hemos planteado el objetivo de ser un Líder Ambiental, y lo trabajamos paso a paso. A partir de ese recorrido, hoy les comparto los diez lecciones que hemos aprendido en esta aventura por cuidar el medio ambiente:

1- Tener estructura, no solo intenciones

Desde hace más de 125 años, nuestro fundador Carlos F. Novella estableció las bases de la sostenibilidad ambiental de nuestra compañía. Sin embargo, no fue sino hasta el 2021 que nuestro Departamento Estratégico de Gestión Ambiental (DEGA) estructuró y diseñó un sistema de información que le ha dado vida para consolidarse como líderes en buenas prácticas ambientales en toda la región centroamericana..

2- Marcar el camino y medir la evolución

Para avanzar con propósito, es clave definir una ruta clara y establecer mecanismos de seguimiento. En Progreso, este compromiso se refleja en nuestra Política Ambiental, desarrollada por el DEGA, que establece siete objetivos estratégicos que abarcan desde la prevención y el monitoreo ambiental, hasta la educación y la adaptación al cambio climático. Esta hoja de ruta nos permite evaluar avances, identificar oportunidades de mejora y asegurar que cada acción tenga sentido, dirección e impacto real.

3- Ser un área de servicio para toda la organización

El compromiso ambiental no debe concentrarse en solo un equipo, sino permear en toda la organización. Por eso, el área ambiental debe actuar como un socio estratégico que acompaña, orienta y habilita a cada departamento en la integración de criterios mínimos en su gestión diaria. En Progreso, el DEGA cumple este rol, ofreciendo soporte transversal y soluciones técnicas que facilitan decisiones informadas y responsables en cada nivel operativo.

4- Comunicar con transparencia, innovación y cercanía

La sostenibilidad no solo se gestiona, se comunica. Por esto, el año pasado lanzamos Clara, nuestra embajadora de sostenibilidad creada con inteligencia artificial, a la cual le puedes preguntar todo lo que quieras sobre el pilar de “líder ambiental” o cualquiera de los otros 3 incluidos en nuestro Reporte de Sostenibilidad. Esta innovación nos está permitiendo compartir, de forma accesible, inmediata y transparente, cada avance con el objetivo de acercar nuestra estrategia a todos los públicos.

5- Realizar controles de calidad constantes

La gestión ambiental no es una celebración anual, sino una práctica diaria que requiere de seguimiento, auditoría, consecuencias e identificación continua de mejoras. Por ejemplo, tan solo en 2023, por medio del equipo de Control y Seguimiento Ambiental, ejecutamos un total de 406 inspecciones de auditoría en Guatemala, Belice, Costa Rica y Panamá.

6- Siempre se puede mejorar

Tenemos la voluntad de seguir aprendiendo, innovando y perfeccionando en cada paso que damos. Por eso, las inspecciones de auditoría que realizamos no solo nos sirven para identificar riesgos y buenas prácticas, sino también para tomar las oportunidades de mejora que tenemos.

7- Formar y generar conciencia

Más allá de medir y controlar, hay que formar y generar conciencia. Proteger el planeta no es una tarea fácil y mucho menos puede partir de la ignorancia. Es por esto que contamos con sistemas de capacitación y formación a colaboradores y externos sobre la importancia de proteger nuestra biodiversidad. En este sentido, impulsamos el Programa de Formación de Competencias Ambientales para escolares, universitarios, instituciones públicas, sociedad civil y sector privado. Tan solo en 2023, más de 3 mil colaboradores participaron en nuestro programa.

8- Fomentar espacios de diálogo

Como parte de nuestro rol activo en la región, también impulsamos espacios de diálogo. Con nuestro foro de Periodismo y Sostenibilidad buscamos visibilizar las buenas prácticas ambientales que están transformando Centroamérica. Además, con nuestra reciente participación en el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (UNFF20), desde AgroProgreso compartimos un enfoque sostenible en el uso responsable de los recursos forestales. Es así como cada paso que damos forma parte de un propósito mayor: construir un futuro más resiliente, responsable y sostenible para las próximas generaciones.

9- Mitigar nuestro impacto con una mirada amplia

Nuestro compromiso ambiental se traduce en acciones concretas y diversas, que evolucionan cada día y combinan innovación, eficiencia operativa y responsabilidad con el ambiente. Desde donaciones de equipos para el monitoreo de incendios forestales, en alianza con el Instituto Nacional de Bosques (INAB) con nuestro departamento AgroProgreso, hasta la inversión en infraestructura para un futuro energético más limpio, como la nueva planta solar de Enernova en Sanarate. También hemos apostado por una producción más eficiente con la ampliación de la línea 3 de envasado en San Gabriel, que ya ha incrementado nuestra capacidad en un 50% incorporando tecnología ambientalmente responsable.

10- Entender que el verdadero cambio empieza en lo cotidiano

En este camino, hemos comprobado una verdad esencial: la sostenibilidad no florece en despachos ejecutivos ni en memorias anuales, nace en cada decisión cotidiana. En cómo diseñamos una guía técnica, en cómo reparamos una infraestructura sin dañar su entorno, en cómo priorizamos la reutilización de materiales, en cómo gestionamos el agua y la energía para reducir nuestra huella ambiental. Y, aún más importante, en cómo inspiramos a otros a hacer lo mismo.

Como vemos, el Día del Ambiente es más que una efeméride, es una invitación para repensar nuestra forma de operar y habitar en el mundo, en tomar conciencia de lo que dejamos a nuestras futuras generaciones. Desde Progreso, seguiremos apostando por una industria que no solo construye con cemento, sino también con conciencia. ¡Construyamos con conciencia, hoy y siempre!

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