La historia de la deforestación en Guatemala es complicada y, como en el caso de la deforestación en general, las causas se encuentran en intrincados sistemas de desigualdad, pobreza y globalización. Guatemala ha tenido una de las tasas de deforestación más altas de las Américas, causada principalmente por la conversión de bosques en tierras de cultivo y en áreas de extracción de leña.
En los últimos 20 años el país perdió alrededor del 22,3 % de sus bosques y pasó de ser una nación forestal a convertirse en un país deforestado. A inicios de siglo contaba con 4,5 millones de hectáreas de flora; a la fecha quedan alrededor de 3,5 millones, de acuerdo al Sistema de Información Forestal (SIF) guatemalteco. Por ello, tras la necesidad de producir maderas para construcción y combatir la deforestación ocasionada por el incremento poblacional, Progreso crea “Agrobosques” un programa de reforestación con el principal objetivo de crear un “Bosque Energético” manejado racionalmente para la generación de madera como fuente energética renovable.
“Agrobosques”: una iniciativa como respuesta a la deforestación.
Actualmente, en las zonas aledañas a las operaciones de nuestra organización, contamos con una reconocida experiencia en la construcción de bosques energéticos y de aserraderos en tierras privadas y comunitarias, con el objetivo de restaurar la cubierta vegetal en regiones deforestadas y contribuir a la protección de las fuentes de agua. Como resultado de este esfuerzo, se han plantado más de 2 millones de árboles, que contribuirán a reverdecer nuestro país.
El uso de especies endémicas como fuente de energía, materia prima o alimento es un componente crítico de Agrobosques. Asimismo, a través de la iniciativa, esperamos disminuir las implicaciones ambientales de la producción de árboles y la reforestación. Pero, ¿cuáles son las áreas en las que debemos concentrar nuestros esfuerzos para alcanzar nuestro objetivo?
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Reforestación
En Progreso ya contamos con dos viveros con una capacidad combinada de 2 millones de plántulas al año; ambos viveros producen flora endémica de la región, así como árboles madereros y frutales. Aunque los árboles cultivados en estos viveros se destinan a la reforestación, también aportan beneficios adicionales, como la creación de empleo local, la producción de especies madereras, frutales y ornamentales, el aumento de la formación medioambiental y los incentivos para los esfuerzos de reforestación de las explotaciones y las comunidades.
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Educación Ambiental
En las zonas donde se sitúan nuestras plantas de producción, contamos con el “Reforestamovil”, un equipo que lleva el nombre del vehículo en el que se desplaza, compuesto por educadores y formadores que realizan, a través de estudios y evaluaciones de cuencas, las visitas, charlas y planes de reforestación necesarios para la educación y formación ambiental de los escolares. Además, capacitan a los agricultores y promueven el establecimiento y manejo de bosques agroforestales en los diferentes pueblos seleccionados, todo ello, con el propósito de difundir los valores de respeto medioambiental.
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Fijación de Carbono
Además de recuperar la cubierta vegetal y proteger las fuentes de agua, los programas de reforestación ayudan a estabilizar los niveles de CO2 atmosférico en los árboles y arbustos. Esto se debe a que los bosques jóvenes tienen un mayor grado de absorción de CO2 por su crecimiento y desarrollo, lo que los convierte en una auténtica oportunidad para la compensación de carbono y la mitigación del cambio climático global.
En Progreso estamos concienciados del fuerte problema de deforestación en Guatemala, por ello invertimos nuestro tiempo y esfuerzos para desarrollar proyectos y programas de reforestación que conserven y restauren los recursos naturales de la región. Trabajando todos juntos y tomando las acciones adecuadas conseguiremos que Guatemala deje atrás la deforestación, vuelva hacer honor a su nombre originario: el lugar de muchos árboles.