Cuatro años después de nuestra llegada a Belice, celebramos no solo el éxito comercial, sino el impacto transformador que hemos logrado en un bello país que nos recibió con los brazos abiertos y que hoy cuenta en Progreso con un socio estratégico para su crecimiento económico y desarrollo social. En este cuarto aniversario, quiero celebrar con ustedes lo que hemos aprendido y, sobre todo, lo que hemos logrado como Familia Progreso.
Primero, ganarnos la confianza de su gente. Debemos empezar desde lo básico: las personas. Por ello iniciamos adaptándonos, escuchando y aprendiendo de las necesidades locales, yendo más allá de las oportunidades comerciales. Queríamos que quisieran trabajar con nosotros, siendo su Empleador Preferido.
De la misma manera trabajamos con nuestro socio comercial local para ganarnos el favor de su confianza y que así nos eligiera como su Proveedor Favorito. El tiempo nos ha demostrado que la alianza ha sido mutuamente beneficiosa al generar negocios sanos y prósperos para nosotros y para el resto de nuestros clientes comerciales y constructores.
Gracias a nuestra cercanía y a la calidad de nuestros productos, en 2024 consolidamos el liderazgo de nuestras marcas y productos en todo el mercado. Cada bolsa vendida representa una relación, una obra, una oportunidad para seguir construyendo juntos el país en donde todos queremos vivir a través de un propósito compartido.
También hemos logrado ser una marca integrada localmente y atractiva para los beliceños. Lo que define estos cuatro años de trabajo en equipo es el haber logrado que nuestro ADN Progreso se integre naturalmente en el ecosistema beliceño. Esto no es una casualidad: confiamos en el conocimiento, la capacidad y el potencial de las personas que hacen posible cada logro desde lo local.
El 95% de nuestros colaboradores son beliceños, con lo que cumplimos con nuestra promesa de generar empleo local y el desarrollo de las capacidades necesarias. Apostamos por el potencial de las personas que aman a su país y trabajan por su desarrollo y el futuro de sus familias. No trajimos una operación desde fuera, creamos una operación construida desde adentro, una operación con corazón beliceño, con gente que cree en lo que hacemos.
Trabajar junto a las comunidades vecinas, velando por la conservación del ambiente, y participando en iniciativas como la colaboración con el Hogar de Niños y Jóvenes de la Aldea Cotton Tree, es lo que hoy nos permite hablar de un Progreso regional que trasciende fronteras: viviendo día a día nuestro Código de Valores, Ética y Conducta.
Precisamente por esto, seguimos teniendo grandes planes a futuro. El futuro se construye desde las sinergias y Belice es mucho más que un mercado: es una plataforma estratégica con un sector de la construcción que contribuye significativamente al crecimiento del país (alcanzando los 68.6 millones de dólares beliceños para fines del 2024). Desde Belice y nuestra reciente presencia en República Dominicana, vemos en el Caribe la oportunidad de seguir generando bienestar y crecimiento en toda la región.
Apuntamos a mejorar la calidad de vida de sus habitantes a través de infraestructura más segura, vivienda más digna y oportunidades de empleo que generen bienestar real. Mirando hacia adelante, tenemos proyectos que siguen reforzando nuestra visión y forma de hacer las cosas.
Se vienen mantenimientos mayores en nuestro molino para continuar garantizando volumen y calidad de cemento. Y también muchos planes para seguir ampliando nuestro portafolio de productos y servicios a nuestros clientes. En una frase: más compromiso y apuesta por el país y su gente.
Felicitaciones a toda la familia Progreso de Belice por estos logros. En especial a Fernando González quien asumió el reto de iniciar este proyecto y lo ha conducido con la excelencia que caracteriza a un líder PRogreso.
Lo que hemos construido en Belice, como Familia Progreso, nos deja no sólo aprendizajes técnicos, sino humanos. Aprendizajes que llevamos con humildad a cada nuevo paso que damos en la región. Así celebramos este aniversario, con gratitud y certeza de que la confianza se honra con sostenibilidad en el tiempo, y Belice, que hace cuatro años nos recibió con los brazos abiertos, es ahora parte de nuestra historia y nosotros parte de su futuro.
