¿Qué significa realmente tener una casa? Hace más de un año, nos planteamos esta misma reflexión al lanzar HogaRES, pensando en las condiciones que vuelven una “casa” en un hogar digno. Y, ¿qué es un hogar digno? pues un espacio que impulsa el bienestar físico y emocional de quienes lo habitan, brindándoles estabilidad y esperanza. Lamentablemente, esta no es la realidad para más de 850,000 viviendas en Guatemala o el 45% de familias en nuestra región.
Así fue como nos propusimos cambiar esta estadística y desde el compromiso con las comunidades que más nos necesitan, nació HogaRES: unidos por hogares resilientes y saludables. Esta iniciativa y alianza social entiende que sustituir un piso de tierra por uno de concreto es ofrecer una base sólida que garantice salud, bienestar y dignidad para las familias.
Durante mucho tiempo he sido testigo de una realidad innegable: el piso de tierra expone a las familias más vulnerables de nuestros países a enfermedades respiratorias, problemas gastrointestinales e infecciones cutáneas. Además, los niños respiran polvo y conviven con bacterias y parásitos mientras las dolencias de las personas mayores se agravan en ambientes húmedos e insalubres.
Fue esta realidad la que nos hizo activarnos y ponernos a pensar en formas de afrontar el desafío, porque sabíamos que transformar un piso de tierra en uno de concreto, no es una mejora estética, es una intervención directa en la raíz de uno de los mayores problemas de nuestros países.
Hoy, tras un año del lanzamiento de la iniciativa, más de 25 mil guatemaltecos dicen con orgullo que tienen un hogar donde la salud comienza desde su propio suelo. Cada piso de concreto instalado representa un paso más hacia lo que ya se ha convertido en un sueño para la #FamiliaProgreso: erradicar los pisos de tierra en Guatemala y nuestra región. Estos resultados nos demuestran que vamos en la dirección correcta, así que seguiremos el camino, construyendo un futuro donde nadie tenga que vivir sobre tierra.
Lo que hemos presenciado este año supera cualquier expectativa inicial.
- Más de 5 mil pisos sustituidos
- Lo que implica más de 25 mil historias de personas beneficiadas
- 21 departamentos del país impactados
Hoy, estas personas pueden mirar su entorno inmediato con una esperanza renovada. Desde Huehuetenango y Quiché, pasando por San Juan Sacatepéquez hasta El Progreso, hemos sido testigos de una transformación que va mucho más allá de lo material: estamos construyendo comunidades donde el bienestar familiar se vuelve posible.
María Rosaura Díaz, madre de familia en Las Trojes, nos recibió en su hogar hace unos meses y nos contaba como “…con el piso de concreto mi casa está más limpia y mis hijos están más sanos. Antes, cuando mi casa tenía piso de tierra, mis hijos andaban con las manos sucias todo el tiempo”. Hoy, la historia es otra: su familia ha dejado atrás las enfermedades asociadas al piso de tierra, y el cambio no solo se nota… se vive.
Lo que más me conmueve de este proyecto es la energía colectiva que ha despertado como nos ha activado a todos y nos ha puesto a trabajar para construir junto la región en la que todos queremos vivir.
HogaRES ha conseguido algo extraordinario: unir en un propósito compartido a grandes aliados tales como Hábitat para la Humanidad; Banco Industrial; Coca Cola; Terra Firma; CMI; la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID); Global Communities; el Instituto del Cemento y del Concreto de Guatemala (ICCG); Génesis Empresarial; Ingenio La Unión Responsabilidad y Desarrollo; y TECHO.
Este modelo donde cada uno contribuye desde su experiencia y fortaleza, desmiente la ciencia de que los problemas estructurales son demasiado complejos para ser abordados. La clave está en reconocer que el bienestar de las familias de nuestro país es una responsabilidad compartida y que ninguna entidad, por poderosa que sea, puede resolverlos en solitario. La verdadera transformación ocurre cuando alineamos visiones y recursos con humildad y determinación.
A pesar de los avances, sería ingenuo no reconocer la magnitud del desafío que enfrentamos. Los más de 5 mil pisos sustituidos son apenas una fracción de lo necesario. Sin embargo, prefiero ver en este contraste, no un motivo de desaliento, sino una invitación a persistir y expandir.
En 2024 logramos superar nuestro gran objetivo. Primero, declarar tres comunidades libres de tierra. Con orgullo compartimos que San Antonio Las Trojes es una de ellas, dónde 492 familias de esta comunidad ahora viven en hogares más seguros y saludables, Y segundo, demostrar que el modelo funciona, que la colaboración genera grandes resultados, y que cada esfuerzo suma cuando se tiene un objetivo común.
En 2025 continuamos trabajando con humildad y determinación, acompañando a las familias en este proceso de transformación que apenas comienza, porque HogaRES es más que un proyecto de construcción, es una apuesta firme por el bienestar actual y futuro de las familias de nuestra región.
Gracias a todos los socios estratégicos que confiaron en nosotros y nos acompañaron en este desafío.
