Hay momentos para sembrar y otros para cosechar.
En una de mis recientes conversaciones con José Miguel Torrebiarte, presidente de la Junta Directiva de Progreso, recordamos una reunión que tuvimos en abril de 2020. En ese momento, puestos a prueba por una pandemia, asumimos la responsabilidad que teníamos con más de 3000 colaboradores y sus familias: apoyarlos sin importar las circunstancias.
Momentos así nos recuerdan que el liderazgo es un compromiso con la gente. Durante más de un siglo, en Progreso hemos vivido el propósito de construir juntos el país donde todos queremos vivir. Para eso seguimos la guía de nuestros valores: el comportamiento ético, el liderazgo genuino, la solidaridad y el compromiso con la sostenibilidad. Ese siempre es y será el marco para trazar y cumplir nuestros planes y compromisos y para tomar decisiones responsables con el presente y futuro de quienes hacemos parte de la familia Progreso.
La responsabilidad es grande: con nuestras comunidades, con Guatemala y con los países donde tenemos operaciones. Siempre he pensado que actuar bien se debe sentir como algo natural; algo que surge sin esfuerzo y que no entra en conflicto con las metas de un negocio.
Hoy quiero compartirles tres valores que considero esenciales para el éxito en los negocios y en la vida. A lo largo de mi carrera he visto su importancia y la trayectoria y resultados de Progreso lo confirman:
1. Solidaridad
Siempre tenemos en nuestras manos la posibilidad de dejar una huella positiva en la vida de otros. Desde sus inicios, don Carlos F. Novella cuando se enfrentó a la primera crisis, se propuso no despedir a sus colaboradores y les asignó la tarea de sembrar árboles para «ocuparlos», dando pie a lo que hoy es AgroBosques. Es así como en Progreso asumimos cada situación desfavorable para enfocarla como una oportunidad que tenemos para ayudar. Escenarios retadores, como la pandemia, ponen a prueba la esperanza y la confianza. En esos momentos, la solidaridad y el apoyo desinteresado son claves para garantizar el bienestar de quienes más lo necesitan.
Cuando hicimos la entrega de kits sanitarios a diferentes comunidades del país e instituciones médicas, pusimos el granito de arena que siempre estamos dispuestos a dar. Cada vez que sumamos esfuerzos para mejorar una escuela o atender las necesidades de una comunidad confirmamos el poder de la solidaridad y del trabajo en equipo.
2. Resiliencia
Dicen que no hay sol sin lluvia. Ni las personas ni las empresas estamos exentas de las dificultades que se presentan en el momento menos esperado. Lo bueno es que esos retos nos impulsan a renovarnos, a pensar distinto y a salir de ellos fortalecidos. En las empresas, cada desafío es un paso más para consolidarnos como organizaciones flexibles y con capacidad de adaptación.
En Progreso, la resiliencia nos permitió sobreponernos al desafío más grande en la historia reciente de la humanidad y continuar con uno de nuestros proyectos más grandes a la fecha: el proceso de internacionalización. Logramos mantener a flote el barco y dar lo mejor de cada uno trabajando en equipo. Somos más fuertes luego de cada desafío.
3. Liderazgo
Desempeñar un rol de liderazgo requiere de responsabilidad y compromiso; no solo con los objetivos de la empresa, sino con la esencia de cualquier organización: las personas. Creo que el liderazgo genuino es estar cerca de los colaboradores, hablar menos y escuchar más. Así es como logramos generar espacios de intercambio en los que todos sabemos que tenemos la oportunidad de participar, de construir juntos, de crear el futuro para todos.
Conocer y entender la importancia de estos valores es fundamental, pero lo imprescindible es incorporarlos y vivirlos en nuestras operaciones.
En la pandemia pudimos honrar el verdadero significado de vivir nuestros valores, como un liderazgo genuino y la solidaridad, pero también se sumó uno que, hasta la fecha, representa una parte más del ADN Progreso y que nos ha enseñado muchísimo: la resiliencia.
Hoy en día, la familia Progreso suma casi 4000 colaboradores de diversas partes de la región, y con ello pretendemos no solo expandir nuestras operaciones, sino también nuestros valores y visión de trabajo a todos los rincones donde Progreso tenga presencia, compartiendo el espíritu que nos caracteriza y contagiando bienestar, optimismo y desarrollo.
Te comparto un poco de mi conversación con José Miguel.