«La IA nos dejará sin trabajo», «La IA está reemplazando al ser humano”, “La IA creará prototipos que nos desplazarán». Son algunas de las frases que en los últimos tiempos van cobrando más fuerza. Las películas de los años 80 nos hablaban de un futuro en el que para 2030 las máquinas gobernarían el mundo, y hoy nos proyectan la imagen del 2200 con un universo donde los humanos prácticamente no existen. Lo cierto es que nadie hubiese imaginado la velocidad en la que la tecnología ha evolucionado, sus alcances en el mundo y que aquellas fantasías fílmicas ya estén aquí, gracias a la Inteligencia Artificial (IA).
Experimentar desde la curiosidad y la experiencia
Entre mis tareas como profesor universitario debo organizar mis ideas para impartir las clases, desarrollar exámenes, corregirlos y crear dinámicas o estrategias que incentiven la participación de los estudiantes. Llegó el día en el que me pregunté: ¿por qué no aprovechar y experimentar con la IA para generar ideas? Fue así que recurrí a Chat GPT, esta popular herramienta que no es más que un sistema de chat basado en un modelo de lenguaje gracias a la IA.
Le pedí que se pusiera en el lugar de un profesor de economía y que me ayudara a crear una serie de preguntas que midieran el conocimiento de los alumnos a la vez que estimularan su pensamiento crítico. Especifiqué algunos detalles como la cantidad de preguntas, su extensión, los temas a evaluar y, al presionar enter, me sorprendió la rapidez con la que me ofreció una serie de preguntas originales y desafiantes. El resultado fue el esperado: optimicé mi tiempo y energía, obteniendo ideas nuevas y frescas que me sirvieron de base para después utilizar mi experiencia y know how para adaptar las preguntas a lo que usualmente trabajo en clase. Toda una experiencia de innovación y creación colaborativa que me puso a pensar.
Yuval Noah Harari, uno de los pensadores contemporáneos más influyentes, parte de la idea de que “la acumulación de información no ha hecho al ser humano más sabio. Acumular información es una manera de acumular poder, pero el poder no es sabiduría”. Ante tantas fuentes, recursos y datos, darle un buen uso a la información hoy en día es fundamental para evitar caer en un fenómeno tan común como el de las fake news y la desinformación. Si bien esta tecnología nos facilita la vida en muchos aspectos y alimenta nuestra curiosidad por conocer qué tanto le podemos pedir, no podemos perder de vista nuestra responsabilidad como consumidores y usuarios.
A medida que avanzamos hacia un futuro donde las máquinas son capaces de aprender, crear y compartir conocimiento, nos enfrentamos a preguntas profundas, éticas y morales sobre el papel que jugamos en un mundo cada vez más digital. ¿Hasta qué punto puede evolucionar la IA? ¿Llegará un momento en donde no podremos diferenciar a la IA de nosotros?
Ver oportunidades y desafíos donde otros ven amenazas
Esta tecnología nos ha generado tantas esperanzas como temores. Entre los más comunes se encuentra el mito de que la IA reemplazará por completo al capital humano, dejando a las personas sin empleo y, lo más importante, sin propósito en este mundo.
Este mito, alimentado por la incertidumbre del futuro hace que tengamos miedo al uso de la IA cuando, al contrario, deberíamos aceptarla y hacer uso de ella para poder potenciar nuestras capacidades. Las máquinas podrán procesar datos en segundos, pero no pueden replicar nuestra creatividad, liderazgo ni pensamiento estratégico. Son precisamente estas cualidades humanas las que la IA potencia, al darnos más tiempo y libertad para explorar nuestras ideas y sueños.
Y podremos sacar el mejor provecho a esta herramienta si poseemos las habilidades digitales necesarias. Según un estudio realizado por PwC, el mercado laboral demanda cada vez más la necesidad de competencias en IA en diferentes posiciones. Ahora hay habilidades más solicitadas como el procesamiento de lenguaje computacional y empiezan a surgir nuevas posiciones como los investigadores de IA, auditores de algoritmos, entre otros.
No podemos quedarnos atrás
Las organizaciones están llamadas a esta adaptación que impulsa la IA. No hacerlo sería un retroceso y por eso me llena de orgullo saber que en Progreso trabajamos para estar a la vanguardia. Hace un mes le dimos la bienvenida a Clara, la nueva embajadora de la sostenibilidad de la compañía, creada a base de IA. Su rol refleja nuestro compromiso con la sostenibilidad, la transparencia y la innovación, así como los resultados de un talento altamente capacitado y preparado para adaptarse a los nuevos tiempos.
Gracias a Clara, revolucionamos la forma de comunicarnos con nuestros stakeholders. A partir de la formación y el entrenamiento que recibió con el contenido de nuestro Reporte de Sostenibilidad 2023, así como de los cuatro informes que lo precedieron, nuestra embajadora sintetizó la información para convertirla en una conversación más dinámica y entendible. Esto permitió que cada interacción con el usuario se sintiera como si fuese con una persona real.
Clara jugó un papel central en el fomento del diálogo sobre el compromiso de Progreso con la sostenibilidad a través de sus cuatro pilares: Proveedor Favorito, Empleador Preferido, Líder Ambiental y Ciudadano Responsable. Además, este recurso interactivo generó mayor eficiencia al no tener que depender del tiempo y agendas físicas de nuestros voceros para compartir noticias.
Quizás llegue un día en el que Clara no seguirá detrás de una pantalla y pueda caminar y estrechar nuestras manos. Cuando llegue ese momento, nuestra sociedad habrá avanzado en muchos aspectos y, sin duda, seguiremos más presentes que nunca. En última instancia, la verdadera inteligencia está en cómo elegimos utilizarla para construir un mundo más justo y lleno de posibilidades. Y ustedes, ¿qué mito de la IA han derribado? ¡Cuéntenme!
