A puertas de cerrar el 2022, estos días de celebración y descanso me permitieron reflexionar acerca de lo vivido este último año como miembro de la familia Progreso. Como en distintas etapas en la vida, este año afrontamos retos y desafíos que nos impulsaron a trabajar en equipo para encontrar los mejores caminos y seguir generando un impacto positivo en los entornos en donde operamos. Tuvimos la dicha de vivir acontecimientos que nos acercaron a nuestro propósito y a nuestra gente, que nos recordaron la razón detrás de lo que hacemos, y nos llenaron de orgullo e impulsaron a seguir adelante. Esos son los acontecimientos de los que quiero hablar en esta época de agradecimiento.
Nuestra llegada a Costa Rica y El Salvador es un hito para el que nos preparamos durante mucho tiempo. Esa preparación fue clave para estar a la altura de las expectativas de nuestros clientes y, más importante, de nuestros colaboradores y los nuevos mercados en donde operamos. Hoy les cuento un poco de la hoja de ruta que nos ha guiado en los primeros 100 días de esta nueva aventura:
1. Una familia más grande: sumamos el talento de nuevos hermanos y hermanas a este equipo ganador.
Con la adquisición de las operaciones en El Salvador y Costa Rica recibimos una planta de cemento, un molino de cemento, siete plantas de concreto premezclado, una cantera de agregados y dos centros de distribución (uno en cada país). Esas cifras son relevantes para nuestra actividad, por supuesto, pero más importantes son las más de 300 personas que se sumaron a nuestra familia Progreso.
Al llegar a estos países nos encontramos con una capacidad técnica de calidad, unas operaciones gestionadas de forma destacada, así como personal competente y comprometido con su trabajo. Nuestro compromiso será responder a esos estándares de calidad, aprender lo mejor de las buenas prácticas que recibimos y traer nuestra experiencia para optimizar los procesos.
2. Compartir nuestro legado: el ADN Progreso llega a nuevas fronteras en la región.
Nuestra maleta de viaje viene cargada con los valores de nuestro fundador: liderazgo genuino, comportamiento ético, solidaridad y compromiso con la sostenibilidad que caracterizan la cultura Progreso. La familia sigue creciendo al sumar nuevos miembros que enriquecerán nuestro trabajo. Valoramos la experiencia y la diversidad; por eso siempre reconocemos la de quienes llevan décadas impulsando nuestro crecimiento, así como la creatividad y visión innovadora de las nuevas generaciones que se suman al equipo.
Si hay algo que siempre he destacado de Progreso es su sólida cultura de valores, que se refleja en nuestro día a día y cada vez que llegamos a un nuevo país. Al tener la oportunidad de conversar con los colaboradores, consistentemente nos expresan que les atraemos por nuestra esencia, nuestros valores y ese “ADN Progreso” que tanto nos caracteriza. Nuestra cultura es un activo muy valioso que debemos cuidar y preservar, porque nos permite desarrollar y mantener un vínculo duradero con las personas, que son y serán siempre la esencia de nuestro trabajo..
Ahora nos enfocaremos en la integración operativa de nuestros nuevos colaboradores, en vivir juntos la cultura que hace de Progreso un empleador destacado y en responder a sus inquietudes. Todo esto, valorando y aprendiendo las operaciones en El Salvador y Costa Rica y mostrando apertura a todas las posibilidades de creación e innovación que podemos encontrar en las diferencias culturales.
3. Un panorama más amplio: la mirada local de nuestros nuevos compañeros.
A lo largo de nuestra historia, hemos demostrado que podemos innovar al ritmo al que avanza la industria y nuestro entorno, pero hemos sabido respetar y conservar los valores que marcaron la fundación de nuestra compañía y siguen dirigiendo nuestro día a día.
Nuestros 120 años de experiencia son mucho más que un simple número. La experiencia acumulada nos impulsó a apostar por la internacionalización y hoy podemos decir con orgullo que estamos presentes en siete países, y nuestros planes de crecimiento no se detienen. Crecemos reconociendo y valorando el potencial de cada mercado al que ingresamos, y por eso también agradezco al equipo encargado de liderar la fase de Post Merger Integration -PMI- en El Salvador y Costa Rica. Gracias por asumir el reto, “ponerse la camiseta” y hacer sentir bienvenidos a nuestros nuevos hermanos.
“Cuando me preguntan dónde veo a Progreso dentro de 10 años, no me cabe duda de que quisiera ver una empresa donde no perdamos nuestra cultura, nuestros valores, nuestra forma de ser y hacer. Quiero que seamos como somos hoy, donde sea que estemos; porque es más importante mantener nuestra identidad que aumentar nuestro tamaño”.
Al cierre de este 2022, me siento orgulloso y agradecido porque somos un equipo más grande, más apasionado y más comprometido con hacer realidad la región que soñamos. Felicito no solo a la familia Progreso en Guatemala, sino también a las de Panamá, Belice, Colombia, Honduras, y por supuesto, a nuestros nuevos hermanos de Costa Rica y El Salvador, por ser parte y sumarse al propósito que nos impulsa desde hace más de 10 años.
Esta es la época de celebrar y disfrutar en familia, y yo soy un hombre afortunado al contar con una familia “Multilatina” que me inspira para ser el líder que necesitan. Hemos tenido celebraciones navideñas en todos nuestros mercados, porque en todos tenemos motivos para agradecer y felicitar a nuestros compañeros.
Finalmente, no nos olvidemos de lo que ahora celebramos, no son nuestros logros, sino el acto de amor más grande vivido en la humanidad: el nacimiento del Dios que se hace hombre para redimirnos de nuestros pecados.
Y con esta reflexión, los invito a que usemos el ejemplo de Jesús como modelo de vida y sigamos construyendo juntos los países donde todos queremos vivir… ¡Vamos por más!