El primero de mayo conmemoramos una causa global que nos involucra a todos: reflexionar sobre la necesidad de crear espacios laborales en donde nuestros colaboradores se puedan realizar como seres humanos. “El trabajo dignifica” – me solía decir mi padre. Y es que, ante las necesidades y los desafíos que enfrenta la región, la generación de empleo es precisamente eso: una oportunidad para dignificar la vida de las personas, romper ciclos de pobreza y transformar el futuro de las nuevas generaciones.
El trabajo “digno” sigue siendo todavía una aspiración para la mayoría de conciudadanos. Y por ello, más y mejores empleos debe tener una máxima prioridad. En Progreso hacemos de esa aspiracion una realidad como uno de los cuatro pilares en nuestra estrategia de sostenibilidad: nuestro compromiso con ser el ‘Empleador Preferido´ para nuestros colaboradores. Un empleador que prioriza el bienestar de las personas y garantiza el disfrute pleno de esta actividad. Siempre nos ha gustado decir que ser parte de la Familia Progreso es más que un empleo, más que un enunciado; es una filosofía de trabajo y de vida basada en el respeto y el reconocimiento de que todos somos hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza y, por lo tanto, con la misma dignidad y derechos.
Un acto esencial para hacer real el empleo digno es recordar, siempre, que desde todos los roles e industrias, tenemos la responsabilidad de crear y promover condiciones laborales favorables para las personas. Estas incluyen no sólo cumplir con nuestras obligaciones legales, laborales y de salud y seguridad ocupacional; sino también aspirar a poder superarlos para ampliar los beneficios de nuestra gente y sus familias.
Para lograr esta otra aspiración, será indispensable nuestra capacidad para innovar y crear mecanismos para aumentar la productividad de nuestros colaboradores. Esa será la base más sólida que podamos tener para garantizar la sostenibilidad de las plazas de trabajo y los consecuentes beneficios laborales. De nada sirven las disposiciones “por decreto” si no vienen apuntaladas por capital físico o capital humano que aumente la productividad laboral.
Pero además, podemos ir más allá y esforzarnos por crear empleos que estén alineados con un propósito que vaya más allá de los beneficios económicos. Debemos ser visionarios y compartir esa visión con nuestra gente para, verdaderamente, lograr un objetivo que trascienda por generaciones. Ese ha sido el resultado de la visión del gran Carlos F. Novella. Un innovador industrial y también un innovador social; ofreciendo salud y educación a sus colaboradores y sus familias mucho antes de que existieran las prestaciones laborales.
En Progreso llevamos este espíritu y legado de nuestro fundador. Por ello concentramos una serie de esfuerzos en atraer, retener y promover talento para los diversos negocios y áreas de negocio. Implementamos rigurosos procesos de reclutamiento y selección de personal, además de constantes capacitaciones que desafían a que nuestros colaboradores den siempre lo mejor.
Nuestro compromiso más evidente es la Agenda de Liderazgo y el Código de Valores, Ética y Conducta (COVEC), que busca construir una cultura basada en comportamientos positivos. Estamos convencidos que proveer oportunidades laborales y prácticas no discriminatorias a todas las personas, afianza la calidad de nuestro clima laboral y aporta oportunidades de crecimiento, derivadas de mejoras en la productividad y la innovación.
Actualmente en la familia Progreso, contamos con un programa regional llamado “Inspira”, que busca impactar en el crecimiento personal y desarrollo profesional de nuestras colaboradoras. También, con espacios como “Un Café con el Jefe”, dedicados exclusivamente a mujeres, en el cual pueden tener una conversación en confianza con el CEO de la empresa y expresar cualquier preocupación o idea a lo interno de la compañía. Estos espacios son especialmente relevantes en industrias como la nuestra, cuya fuerza laboral es principalmente masculina.
Otro gran modelo es nuestra Política de Salud y Seguridad Ocupacional, la cual incluye el compromiso “Cero Accidentes” que, como su nombre lo indica, tiene el propósito de lograr cero incidentes con lesión y suspensión en todas nuestras operaciones. Para ello, seguimos un plan riguroso de verificaciones, inspecciones y control, que nos ayudan a monitorear posibles riesgos y oportunidades de mejora.
Hoy, más que nunca, estoy convencido de que mi padre tenía toda la razón: “el trabajo dignifica”. Y que el trabajo en Progreso nos dignifica aún más porque lo hacemos por un propósito más grande que nosotros: “construir juntos el país en donde todos queremos vivir”.
¿Como puedo estar tan seguro de lo que afirmo? Preguntenle a cualquiera de mis compañeros de trabajo y les dirán que, ellos como yo, tienen la ilusión de que nuestros hijos trabajen en Progreso. Porque sabemos lo que nosotros vivimos todos los días y quisiéramos que ellos pudieran realizarse como seres humanos en un lugar de trabajo como éste.
Desde donde quiera que usted se encuentre, lo invito a que hagamos de nuestros espacios de trabajo, espacios cada vez más dignos y, de esa manera, construir una mejor sociedad.