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IdeasInnovación

Perspectivas económicas desde una mirada multilatina

By 9 de febrero de 2023febrero 14th, 2023Sin comentarios6 minutos de lectura

Muchos expertos proyectan el 2023 como un año de incertidumbre y preocupación, y la mayoría lo presentan como un año complicado. Respeto las percepciones de mis colegas pero no quiero sumarme a la tendencia pesimista porque creo que, especialmente en tiempos inciertos, hace falta aportar una visión esperanzadora. Eso sí, que el optimismo no nos nuble la perspectiva de una realidad desafiante.

El 2022 fue un año de acontecimientos que aún hoy repercuten en el mundo entero. Desde fenómenos climáticos, pasando por la inflación más alta de los últimos 40 años, hasta conflictos internacionales que nos sorprendieron por la magnitud y crueldad de los hechos. El año pasado definió un panorama incierto para el 2023, que apenas comienza, pero nos regaló también lecciones que nos marcan una ruta a seguir.

Con el ánimo renovado para este 2023, les comparto algunas perspectivas que vislumbro para el plano económico de nuestro país y la región. 

Un año decisivo para Guatemala (y el mundo)

Este es un año electoral en Guatemala. El proceso será de gran relevancia para los guatemaltecos y pondrá al país en la mira de la región y del mundo porque, en tiempos en que la democracia parece tambalear, los procesos electorales son siempre un asunto de interés internacional. El resultado de las elecciones será decisivo para las relaciones diplomáticas y la inversión extranjera -que el año pasado rebasó la meta de 1.500 millones de dólares, dejándonos para este año la tarea de superar nuevamente las expectativas- así como para la operación de las empresas nacionales y el futuro de los trabajadores en el país.

Además del mapa político nacional, estaremos atentos a lo que suceda en el escenario mundial. Recientemente publiqué una encuesta de PWC de expectativas de CEOs con la que coincido en gran medida. No perdamos de vista que:

  • La Reserva Federal de los Estados Unidos subió las tasas de interés, aumentando el costo del crédito, con el fin hacerle frente a la inflación. Estas medidas han incidido y seguirán incidiendo en la inversión y el consumo en ese país y en el resto del mundo, siendo Guatemala y Centroamérica las regiones afectadas. 
  • El conflicto entre Rusia y Ucrania tiene un papel fundamental, ya que la guerra exacerbó el aumento en el costo de los alimentos y los combustibles aumentando la pobreza en todo el mundo, especialmente en Latinoamérica. Desafortunadamente el mundo cambió y los precios de alimentos y combustibles seguirán altos. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reportó que la región alcanzó el punto máximo de inflación desde el 2005, llegando a un 8.4%. Debemos estar preparados en este 2023 para afrontar los impactos negativos de este conflicto que continúa, y para el que todavía no vemos un final cercano.
  • Las tensiones geopolíticas entre China y EUA seguirán y éstas conducirán a un retroceso en los procesos de globalización que veníamos experimentando. Ha surgido el concepto de “near shoring” que representa la oportunidad para capturar esas nuevas relaciones comerciales que EUA buscará como sustituto progresivo al comercio chino.

Buen viento para el comercio internacional regional

Uno de los factores que contribuyeron al crecimiento de la economía guatemalteca en el 2022 fue el ingreso de divisas por remesas familiares, enviadas principalmente desde Estados Unidos y que superaron en 17.4% a las recibidas en  2021, según datos del Banco de Guatemala. Para este año, las autoridades del Banguat estiman que las remesas sigan creciendo, esta vez en un 7.5%. 

También debemos resaltar el buen desempeño de las importaciones y exportaciones durante el 2022, con el café posicionado como el segundo producto de mayor exportación de Guatemala. La comercialización del grano guatemalteco superó los mil millones de dólares el año pasado, un trago dulce para la economía nacional.

Con esos resultados estamos ante un panorama alentador para este año pues, así como el sector agrícola, otras industrias como la de  alimentos y bebidas continuarán experimentando un crecimiento y fortaleciendo su potencial exportador.

Por supuesto, en la industria cementera no nos quedamos atrás. En una reciente entrevista compartí mi satisfacción por el desempeño del sector en 2022, gracias a factores como el fenómeno de la urbanización y la remodelación y/o construcción de hogares en Guatemala.  Este será un año clave para impulsar la gestión de proyectos de infraestructura, la inversión, las alianzas del sector público y el privado y, por supuesto, la innovación.

La agenda ambiental no da espera

La variabilidad climática sigue vigente en las conversaciones actuales, y cada vez lo hace con más fuerza por el impacto de los fenómenos que nos recuerdan la necesidad de acelerar las acciones. El 2022 nos enfrentó a fuertes fenómenos climáticos, que causaron pérdidas humanas, materiales y económicas para el país y la región. 

Ante las catástrofes, es indispensable invertir en la mitigación de los efectos del cambio climático. Más y mejor infraestructura resiliente se hace urgentemente necesaria ya que Guatemala y nuestra región se encuentran entre los lugares más vulnerables del planeta. Es por esto que seguiremos impulsando la agenda de infraestructura del proyecto Guatemala No Se Detiene. Considero que este proyecto es la iniciativa que más réditos nos puede dar a más corto plazo a todo el país.

De la misma manera seguiremos trabajando en crear productos cada vez más verdes tanto en nuestras emisiones de CO2 como en el uso eficiente de todas las fuentes de energía. En Costa Rica estamos aumentando nuestra capacidad de co-procesamiento de residuos sólidos y en Guatemala aumentaremos nuestra capacidad de generación de energía eléctrica solar. 

Vamos por más


Como el grupo regional que ahora somos, en Progreso nos sentimos comprometidos con la generación de empleos dignos, aportar a la economía, desarrollar productos de calidad y aportar al desarrollo del país y a la región. El panorama que se vislumbra para este año nos impulsa a renovar el compromiso y asumir nuestro rol con determinación para impulsar el crecimiento y el desarrollo que tanto deseamos para Guatemala y para todos los países en los que tenemos operaciones. 

Guatemala ha demostrado ser un país resiliente, y esa certeza de que seguiremos avanzando me alienta para creer que saldremos adelante y que este será un año de oportunidades y logros relevantes. Nadie dice que el camino será fácil, pero eso nunca nos ha detenido y tampoco lo hará ahora.