El agua es uno de los recursos naturales más valiosos y necesarios para asegurar nada menos que la continuidad de la vida, y a la generación de conciencia para atender la crisis que enfrentamos debemos sumarle acciones concretas que nos permitan cambiar la ruta y ofrecer soluciones viables a nuestra realidad.
El Foro Económico Mundial (FMI), advierte que, para el decenio 2018-2028, la crisis del agua es uno de los tres primeros riesgos mundiales.
Si observamos la situación de Guatemala podemos dimensionar el desafío porque, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), tan solo en 2015 un 27% de las principales causas de morbilidad en la población guatemalteca fueron derivadas de la mala calidad del agua.
Entre las principales causas de contaminación del agua que se descarga en las cuencas del país se destacan el uso ordinario en las municipalidades (40%), las actividades agropecuarias (40%) y las industrias (13%).
Ante este panorama necesitamos convertir las amenazas en oportunidades para innovar y presentar soluciones viables. Eso fue lo que hizo el Departamento Estratégico de Gestión Ambiental (DEGA) de Cementos Progreso, en conjunto con la Universidad de San Carlos de Guatemala, al desarrollar AGUATEMALA.
Este es un proyecto razonablemente barato y con bajos costos de operación para la gestión adecuada de aguas residuales. Utiliza la gravedad como única fuente de energía para su funcionamiento y tiene como protagonistas a dos materiales estrella: el concreto y el Vetiver. Se trata de un ejemplo claro de innovación para la eficiencia sostenible y accesible de un proceso clave para la salud y la vida digna.
Innovación sostenible, una apuesta para el futuro
La tecnología está basada en filtros de concreto permeables y en la planta Vetiver, Esta es una planta perenne no invasiva que se destaca por su tolerancia a condiciones adversas.
El Vetiver es perfecto para soportar altas y bajas temperaturas, así como alta acidez y alcalinidad, salinidad, sodio, y agroquímicos. Y, por si fuera poco, también se reconoce por su alta capacidad de absorción y retención de nutrientes y metales pesados del agua. En pocas palabras es un filtro casi perfecto para limpiar muchos de los contaminantes del agua.
El sistema que se ha construido se compone de cuatro etapas y tiene un diseño que puede ser adaptado a las pendientes elevadas que caracterizan la topografía de nuestros países, así como a condiciones climáticas diversas. Además, el costo de mantenimiento y operación es bajo a comparación de otras soluciones.
Impacto real y positivo
No puedo ocultar el orgullo por la calidad del trabajo y perseverancia del equipo de DEGA de Progreso ante iniciativas como esta, que son positivas desde todos los ángulos. Este esfuerzo es un ejemplo que se podrá replicar y que demuestra que vale la pena asumir el liderazgo ante una problemática tan importante como la del tratamiento del agua y el saneamiento en países en desarrollo, como Guatemala.
AGUATEMALA también es un modelo de trabajo colectivo del sector privado y la academia, pues hemos contado con la participación de la Escuela Regional de Ingeniería Sanitaria (ERIS) de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Crear en equipo siempre hace aún mejor iniciativas como esta, que además genera oportunidades de emprendimiento y empleo para las comunidades a partir de un enfoque de ciclo cerrado.
Una parte importante de la sostenibilidad es gestionar de forma responsable los recursos al aprovechar todos sus usos. El Vetiver del humedal es una fuente de materia prima para distintos propósitos, entre los que se destaca la artesanía. Las hojas de esta planta son maleables y resistentes, y sirven como insumo para que los artesanos locales fabriquen objetos decorativos y muebles. Además, el aceite obtenido de la planta es utilizado para la elaboración de productos aromáticos y esencias relajantes. Con esta diversa oferta, el DEGA publicó Artesan, un amplio catálogo de productos que es el mejor reflejo de la sinergia entre innovación, sostenibilidad y desarrollo económico.
Este proyecto es uno más de todos los que persiguen avanzar hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como salud y bienestar, energía asequible y no contaminante e industria, innovación e infraestructura. La guinda del pastel es que, como lo dice su nombre, AGUATEMALA es “Made in Guatemala” y para Guatemala.
Innovación, sostenibilidad, emprendimiento… ¡Quién diría que todo esto es posible con un sistema de tratamiento de agua residual!
