Soy guatemalteco. Nací, fui criado y crecí en esta hermosa tierra. La profunda admiración que siento por nuestro país se debe a su historia, a la belleza de sus paisajes, a su gente y a nuestras tradiciones; atributos que valoro y con los que me siento absolutamente identificado.
El año pasado, ese amor por Guatemala se mezcló con un conjunto de sentimientos y emociones producto de los acontecimientos socio-políticos que vivimos como país. A partir de ello, quiero proponer esta breve reflexión que permita transformar los retos que tenemos en el país en oportunidades, buscando soluciones y compartiendo algunas ideas con mente positiva para construir juntos un mejor presente y futuro para Guatemala:
- Formar ciudadanos ejemplares a través de la educación con valores: Hay una frase que escuchaba desde niño y la cual, por experiencia propia, puedo confirmar que es cierta: “todo empieza desde casa”. Y para efectos de esta reflexión diría que “todo empieza por la formación”. Para mí la educación no es suficiente. Esta debe estar acompañada de valores para que pueda ser la base de la formación de los futuros ciudadanos. Por años, el sistema educativo estatal de Guatemala ha sufrido de abandonos y carencias. Desde temas de calidad e infraestructura pasando por la misma formación, capacitación y remuneración de los docentes. Por ello, es urgente la necesidad de hacer cambios profundos que pongan al alumno en el centro de la formación y que se promuevan los incentivos adecuados entre los docentes para lograr el objetivo de formar ciudadanos educados con valores. Más de lo mismo no nos dará los cambios que necesitamos. Mi experiencia con la Fundación Carlos F. Novella y el Colegio Privado Enrique Novella Alvarado me confirman que el cambio es posible. Hemos logrado transformar una pequeña escuela rural en uno de los mejores colegios del país. Eso es posible cuando todo gira alrededor de tomar decisiones priorizando el mejor interés del estudiante. Es cierto, todo toma tiempo, recursos y esfuerzos. Sin embargo, es la manera en la que transformaremos a nuestro país en uno más próspero, solidario y con ciudadanos formados en valores.
- Necesidad de fomentar más cooperación y diálogo entre los sectores público, privado y la sociedad civil: Algo que suena muy fácil cuando se plantea, pero que es realmente complejo de llevar a la realidad. Urge empezar a utilizar el diálogo como nuestra arma más poderosa, pero debemos sumarle los factores escucha, empatía y comprensión, para que sea verdaderamente efectiva. Pareciera como que todos queremos ser escuchados pero nadie quiere oír al otro. Esta polarización nos está costando más caro de lo que pensamos, porque estamos perdiendo tiempo; y “el tiempo perdido, hasta los santos lo lloran”. Nuestros problemas son profundos y necesitamos de la cooperación de todos los sectores; sin excepción para aspirar a solucionarlos. En Progreso hemos tenido extraordinarias experiencias positivas de la solución a graves problemas comunitarios por medio del diálogo con las comunidades del área de influencia de nuestras operaciones. Mediante esas soluciones consensuadas, logramos mejorar indicadores económicos que nos habilitan la sostenibilidad social y medio ambiental. Un verdadero ganar-ganar.
- Cimentando las bases de nuestro país, el trabajo de la infraestructura: Visto desde cualquier ángulo, la infraestructura es un eje clave para el desarrollo de cualquier país en cualquier parte del mundo. Lo he dicho muchas veces, en mi opinión, no hay otra inversión que nos pueda dar un mejor retorno social sobre la inversión, en un plazo más corto. Ese reto es particularmente importante de superar dada la topografía de nuestro país y nuestra vulnerabilidad a los climas extremos. Acá se requiere de la voluntad política de los organismos del estado para darle la prioridad que se requiere. El sector privado de Guatemala ha aportado algunas ideas desde la iniciativa llamada Guatemala No Se Detiene. Estas merecen ser consideradas para echar a andar, inmediatamente, cambios en leyes que agilicen las inversiones que se requieren. Esas ideas pueden ser mejoradas para que, con el apoyo del resto de la sociedad civil, se implementen exitosamente. Desde Progreso hemos tenido buenas experiencias en este sentido. Luego de la búsqueda de consensos y un programa piloto se modificó el reglamento municipal de la ciudad de Guatemala. Así fue como se introdujo un nuevo modelo de vivienda accesible que hoy en día se conoce como el Módulo Urbano de Vivienda – MUVI. Una ágil respuesta a vivienda digna y accesible para las familias guatemaltecas que ya forma parte de la oferta de soluciones urbanas. Con estas y otras innovaciones, acompañadas de la voluntad política, se puede mejorar la calidad de vida de los vecinos de la ciudad de Guatemala y de millones de personas en el resto del país.
Durante mucho tiempo hemos venido sufriendo las consecuencias de no haber tomado acción frente a problemas como los que menciono. Hoy, la coyuntura política guatemalteca se presta como una nueva oportunidad. Tendremos que dejar nuestros egos y orgullos por un lado. La humildad de reconocer que no tenemos todas las respuestas nos debe animar a romper esas barreras y escucharnos mutuamente.
No dejemos pasar esta nueva oportunidad. Tengamos el coraje de sentarnos con quienes nos pueden considerar sus enemigos y busquemos la paz y la conciliación de ideas. Ya hemos comprobado que la confrontación no nos ha llevado muy lejos. Si logramos olvidar rencores y nos concentramos en construir juntos un nuevo futuro, las próximas generaciones tienen una mejor probabilidad de no cometer los errores que nosotros cometimos y les dejaremos un mejor legado.
Yo me apunto… ¿y tú?