Muchas veces habrán escuchado la frase “los jóvenes son la esperanza del futuro”. La dijo António Manuel Guterres de Oliveira, actual Secretario General de la ONU. Esta es una verdad que todos defendemos públicamente, pero que debemos potenciar más en la práctica. Entre todos debemos apoyar el liderazgo de los jóvenes.
Contar con líderes bien formados es esencial para enfrentar los retos que se vienen, y es que no seremos nosotros los que lideremos en ese momento, sino que lo hará una nueva generación cuya formación es nuestra responsabilidad.
La mejor forma que tenemos de hacer esto es desarrollar programas que impulsen una agenda de trabajo para fortalecer la vocación de liderazgo, destacar la importancia del cuidado del capital social y potenciar la necesidad de ser agentes de cambio, generando acciones que impacten de manera sostenible y equitativa en el mundo. Esta apuesta, que se dice rápido, requiere de un gran trabajo sostenido en el tiempo.
Durante los últimos años ya hemos empezado a hablar más de liderazgo joven, al mismo tiempo que notamos una mayor presencia de ellos en todas las industrias. Por fin nos hemos dejado sorprender y estamos aceptando que sus talentos, habilidades y aptitudes demuestran que están listos para formarse y abordar el futuro. ¿Cómo podemos hacerlo?
- Compartir experiencias que nutran las ideas
Las empresas somos núcleos de ideas y conocimiento tan grandes como cada una de las mentes que formamos parte del equipo. Por ello, creo que el objetivo y compromiso de las empresas debería ser el de convertirse en puntos de encuentro de la experiencia de los mayores y la determinación y nuevas ideas de los jóvenes para, a partir de ahí, imaginar juntos el futuro.
- Guiar su potencial para garantizar el éxito
Como profesionales con experiencia en nuestros diferentes sectores, podemos ser sus mentores para tomar las mejores decisiones basadas en el histórico de nuestra experiencia y, al mismo tiempo, contagiarnos de su entusiasmo y curiosidad. Desde el sector privado podemos aportar al futuro de los más jóvenes con planes de acción que nos permitan concentrar esfuerzos para impulsar y fomentar su rol como líderes y agentes de cambio. En la medida en que promovemos el desarrollo de las nuevas generaciones, nos aseguramos también de contar con un talento innovador que aporte al progreso de la región.
- Hacer que suceda
Es imprescindible ofrecer a los jóvenes las herramientas necesarias y un acompañamiento constante que les ayude a cimentar las bases de su futuro. Con admiración, vemos cómo tienen el potencial de abanderar causas sociales, liderar y movilizar masas, desarrollar posturas sobre múltiples temas y difundir ideas. A pesar de su importancia para la sociedad, muchas veces no cuentan con los recursos necesarios ni las herramientas adecuadas para alcanzar sus objetivos.
En Progreso creemos en el poder de los jóvenes para transformar el mundo, y por eso estamos comprometidos con el fortalecimiento de sus habilidades y la creación de escenarios que los empoderen. Durante muchos años hemos implementado iniciativas para destacar e incorporar a los jóvenes como agentes relevantes en el espacio laboral como por ejemplo el programa Trainees en Planta, la Alianza por los Jóvenes Guatemaltecos, Programa Valentina y 100.000 Strong in the Americas.
Trainees fue una convocatoria para jóvenes universitarios, estudiantes y/o egresados de maestrías, para que pudieran vivir la experiencia de trabajar en los diferentes departamentos de la empresa. En la Alianza por los jóvenes Guatemaltecos impulsamos el empleo y emprendimiento juvenil; a través de Programa Valentina, apoyamos el fortalecimiento de habilidades blandas en jóvenes para su posterior inserción en el mercado laboral; y 100.000 Strong in the Americas, una alianza con el Departamento de Estado y agentes del sector privado, incluido Progreso, busca fortalecer las competencias de los jóvenes del norte de Centroamérica y facilitar los intercambios académicos.
A través de diversas iniciativas, seguimos apostando por el talento joven, no solo creyendo en ellos sino ofreciéndoles herramientas útiles para su desarrollo. Bien conocido es el dicho “los líderes no nacen, se hacen”. Y hoy es momento de ofrecerles a los jóvenes el mundo entero.